miércoles, 15 de abril de 2020

RECUERDOS DEL ARCO


Hola a todos:
Con un entusiasmo desbordante, mi esposa y yo dejamos el bullicio de Santo Domingo, ciudad capital de la República Dominicana, el viernes, 20 de diciembre de 2019. San Juan de la Maguana, mi querido pueblo natal, esperaba pacientemente a 187 kilómetros hacia el sur. Nuestro propósito era celebrar nuestro aniversario de bodas número 27. Como siempre, estábamos ansiosos por sentir una vez más la brisa fresca de la temporada navideña allí, donde la temperatura desciende de 25 a 20 grados C. en esa hermosa época. En los países tropicales como el nuestro, esas temperaturas se consideran agradables.  


En cuanto llegamos, hicimos los planes para pasear por EL ARCO DEL TRIUNFO. Ese mismo día, fuimos allí después de la cena. Aparte de las luces de colores, la tradicional decoración incluía alta tecnología. Ruth se emocionó tanto con su belleza que filmó un video y lo envió a mi hermana allá en España. Una pieza de merengue típico dominicano, Navidad sin mi Madre, compuesto e interpretado por Tomás Santana (conocido como El General Larguito) era la música de fondo que se oía en ese preciso momento. 


El Arco del Triunfo está ubicado en una rotonda, no muy lejos de la entrada del pueblo. De hecho, en tiempos anteriores, esta área era considerada la entrada a la ciudad. El mismo está rodeado por el Hotel Maguana (construido en 1948), el Parque Duarte, el Palacio del Ayuntamiento y el Palacio de Justicia. Todo esto está en la intersección formada por la Avenida Independencia (vía principal de la ciudad) y la Calle San Juan Bautista. ¡Cuántos recuerdos! Justo a cinco cuadras, en esa calle, pasé la mayor parte de mi niñez.


Permítanme compartir un poquito de la historia de EL ARCO con ustedes. Era el año de 1939, a nueve años del inicio de una de las más férreas dictaduras de América Latina. El dictador Rafael Leónidas Trujillo y sus acompañantes pasaron a través de un arco construido para la ocasión en la intersección formada por la Avenida independencia y la Calle Colón. Al parecer ese arco inspiró a algunos de los munícipes a construir el hermoso arco que tenemos al día de hoy. La obra fue dirigida  por Guillermo Prince, quien era considerado el padre de la construcción en San Juan de la Maguana. Fue acompañado por un maestro constructor de apellido Mendoza. Los alcaldes pedáneos de toda la provincia se encargaron de reclutar a los albañiles que se necesitaban.   


Siempre que Ruth y yo tenemos la oportunidad, viajamos a ese lugar que se ha convertido en su querido San Juan, damos paseos diurnos y nocturnos por EL ARCO y disfrutamos de los variados eventos que se celebran a su alrededor. Espero que hayan disfrutado de este viaje por uno de los lugares más importantes de San Juan de la Maguana, El Arco del Triunfo.

Para ver la versión en inglés de esta entrada, ir a
 
Santo Domingo, República Dominicana 2020





domingo, 5 de abril de 2020

POEMA DE CUARENTENA



Hola a todos:

Era uno de esos días de cuarentena en que la humanidad  vive y muere EL COVID-19. Este virus les ha quitado la vida miles y miles de personas y mantiene postradas a otras más de un millón al día de hoy. Ese día, amanecí más reflexivo de lo usual y el resultado fue hacer esto que he denominado un Intento Poético de Cuarentena. A usted, que vive esta experiencia histórica como yo, después de haberme concedido el honor de leer el poema, ¿Qué le  parecen esos versos? ¿Qué le llama la atención de los mismos? ¿Hay alguna idea suya que se desprenda de su lectura? 

Agradeceré su comentario.



JESUS, NO VENDRÁS

Jesús, esta vez,
tu legendaria barba y tu túnica no cobrarán vida;
No se pasearán dolorosamente
por las calles, ahora tristes y de almas vacías,
de mi ciudad antigua.

Jesús,
el dolor impreso en los pentagramas
no se asomará
ni tus multitudes con rodillas sudorosas,
ante tu rostro ensangrentado,
se inclinarán.

Maestro, como te llama
la gente bienaventurada,
esta vez acorralada y atemorizada,
en su morada se quedará.
Tu y tu pasión compasivos
en su eternamente tranquilo cielo descansarán. 

Han obligado a tu madero
a dormir un profundo sueño
en un rincón cualquiera
de cualquier templo,
en un barrio cualquiera;
a esperar solo sin que sustituya un cireneo;
sin el roce rústico de las calles polvorientas.

Pacientemente, tu madero esperará
sin los clavos clavados a duras penas.
Tu madero aguardará
sin las salpicaduras de la sangre de tu nuca;
sin sus dos hermanos,
el uno a la izquierda y el otro a la derecha.

Ese día multitudinario y sonoro,
vacío de multitudes y silencioso;
tu cuerpo ajado y vejado, Jesús,
no tocará repetidamente el suelo
ni tus perdones llegarán al cielo.

Santo Domingo, República Dominicana 2020