Hola a todos:
Era uno de esos días de cuarentena en que la
humanidad vive y muere EL COVID-19. Este
virus les ha quitado la vida miles y miles de personas y mantiene postradas a
otras más de un millón al día de hoy. Ese día, amanecí más reflexivo de lo
usual y el resultado fue hacer esto que he denominado un Intento Poético de Cuarentena.
A usted, que vive esta experiencia histórica como yo, después de haberme
concedido el honor de leer el poema, ¿Qué le
parecen esos versos? ¿Qué le llama la atención de los mismos? ¿Hay
alguna idea suya que se desprenda de su lectura?
Agradeceré su comentario.
JESUS, NO VENDRÁS
Jesús, esta vez,
tu legendaria barba y tu túnica no cobrarán
vida;
No se pasearán dolorosamente
por las calles, ahora tristes y de almas
vacías,
de mi ciudad antigua.
Jesús,
el dolor impreso en los pentagramas
no se asomará
ni tus multitudes con rodillas sudorosas,
ante tu rostro ensangrentado,
se inclinarán.
Maestro, como te llama
la gente bienaventurada,
esta vez acorralada y atemorizada,
en su morada se quedará.
Tu y tu pasión compasivos
en su eternamente tranquilo cielo descansarán.
Han obligado a tu madero
a dormir un profundo sueño
en un rincón cualquiera
de cualquier templo,
en un barrio cualquiera;
a esperar solo sin que sustituya un cireneo;
sin el roce rústico de las calles polvorientas.
Pacientemente, tu madero esperará
sin los clavos clavados a duras penas.
Tu madero aguardará
sin las salpicaduras de la sangre de tu nuca;
sin sus dos hermanos,
el uno a la izquierda y el otro a la derecha.
Ese día multitudinario y sonoro,
vacío de multitudes y silencioso;
tu cuerpo ajado y vejado, Jesús,
no tocará repetidamente el suelo
ni tus perdones llegarán al cielo.
Santo Domingo, República Dominicana 2020